¿Por qué mi fragancia favorita se ha reformulado?

Si has sido fiel durante años a un mismo perfume, te puedes llevar la decepcionante sorpresa de que se va a retirar del mercado o que ha cambiado su formulación. Pero ¿por qué? ¡Si me encantaba tal como era!

Te cuento por qué los perfumes se reformulan y cómo puedes explicárselo a tus clientes, que probablemente se mostrarán entre enfadados y atónitos al enterarse. Estas son las razones.

La perfumería comercial es un negocio. Como tal, una fragancia se comercializa mientras que proporcione beneficios. En el momento que deje de ser rentable se retirará.

Por mucho que a ti te guste una fragancia, si a nivel mundial no tiene muchas ventas o los costes para mantener ese producto son excesivos, a la marca no le compensa seguir vendiendo ese perfume.

Hasta que un perfume llega a las estanterías de una perfumería, intervienen muchos factores que suman costes:

  • Cultivo, cosecha y procesamiento de las materias primas utilizadas como ingredientes.
  • Envío de las esencias obtenidas de las materias primas.
  • Maceración y combinación de ingredientes. Fabricación.
  • Envasado, packaging y distribución a las tiendas.
  • Campañas de marketing (publicidad en medios y redes sociales).

Cualquier fenómeno anormal sobre estos factores, encarece agresivamente el producto. Imagina la repercusión de una plaga en la cosecha de pachulí, como ocurrió hace unos años, o la escasez de materias primas protegidas como el oud.

Hace falta vender, muchas, miles de unidades de perfume como el que tú tienes en tus manos para que ese producto sea rentable.

Además, piensa que, a nivel global, debido a razones climatológicas, culturales, históricas y de tradición, nos gustan tipos de aromas diferentes.

Existen perfumes que son un fenómeno local en España y sin embargo no se vende nada en Emiratos Árabes, por ejemplo.

A nivel mundial, con datos actualizados en el momento de escribir este post, los grandes consumidores de fragancias son: China (reafirmados tras crisis Covid), Emiratos Árabes y Brasil, en este orden. Por tanto, las marcas orientarán sus lanzamientos y tratarán de adaptar sus creaciones a los gustos olfativos de los consumidores de estas regiones.

Hoy en día, no es nada rentable, mantener diferentes producciones locales para adaptarse a gustos regionales, así que a veces hay que hacer cambios para adaptarnos a diferentes estilos de consumo olfativo.

Hay un tercer factor más, que es el que ha traído de cabeza a las marcas en los últimos años: adaptarse a la legislación internacional.

Quizá provocado por nuestro estilo de vida poco sostenible, es una realidad que cada vez presentamos más alergias.

Se estima que entre el 1 y el 3% de la población es potencialmente alérgico a los ingredientes naturales con los que se elaboran los perfumes (informe del Comité Científico para la Seguridad de los Consumidores).

Esto ha obligado a reformular más de 9000 referencias a nivel internacional, para intentar sustituir ingredientes naturales por otros sintéticos con menor capacidad reactiva.

También se han prohibido numerosas materias primas por su riesgo potencialmente alérgico: el abedul, el linalool de la lavanda, la fijación que aporta de forma natural el musgo de roble y presente en el mítico Chanel nº5, el atranol del lirio del valle, etc.

También se han establecido límites de concentración en algunas esencias como el citral (presente en aromas cítricos), el cumarú (extraído de las habas tonka) y hasta en el eugenol (presente en el aceite esencial de rosa).

Todos los fabricantes deben someterse a la legislación obligada y establecida por la IFRA (International Fragance Association). Su sede en Ginebra es el órgano representativo de la autorregulación de la fragancia desde 1973. Su principal objetivo es garantizar la seguridad de los perfumes para los consumidores. Aquí tienes en el enlace a su web por si quieres echar un vistazo: https://ifrafragrance.org/

Ante estos cambios legislativos, los fabricantes de perfumería deben reformular sus fragancias para adaptarse a las nuevas limitaciones.